miércoles, 16 de septiembre de 2015

Tarot, Arcanos mayores y el mapa mental


El mundo de los Arcanos

Mucho antes de la aparición del tarot, intelectuales de diversas épocas elaboraron las bases clásicas del arte de la memoria, las mismas que son útiles hoy para recordar los numerosos significados de los arcanos de la baraja cartomántica.

Es sabido que el Tarot está integrado por 78 arcanos o cartas, conformando un libro muy especial. Libro que no necesariamente comienza en la página 1 ni termina en la 78, pues revolviendo o barajando las cartas, el azar determina que la historia pueda comenzar y terminar donde nadie imagina. El relato y sus significados acaso resulten inagotables para el entendimiento humano. Cada uno de los arcanos contiene una figuración, una composición visual en la que se articulan las imágenes de personas, construcciones, seres vivos, cosas, números, etc.

Cifras Mágicas La composición es la integración de signos o señales que esconden símbolos, ideas, conceptos, claves y arquetipos que son activados al entrar en contacto con la visión humana y facilitan la conexión con el mágico mundo del inconsciente, de lo atemporal, adimensional y acausal, en definitiva, con el alma del consultante y del cartomante, mundo anímico en el cual estos personajes se hermanan y comparten información secreta.

Si asumimos –por parte baja- que cada uno de los arcanos mayores de la baraja cartomántica, que son 22, puede tener unas doce claves o arquetipos ocultos, la cantidad de señales que es preciso que el tarotista domine alcanza la no despreciable suma de 22 x 12 = 264. Si del plano místico u holístico pasamos al plano adivinatorio, la cantidad de significados adicionales podría alcanzar fácilmente 22 x 10 = 220, cifra que, sumada al subtotal anterior, nos entrega 484 como cantidad global. Quedémonos allí, pues si a lo anterior agregamos el número de combinaciones que resultarían de esas claves al usar dos o tres cartas, llegamos a cifras importantes y perturbadoras. Por tanto, al tarotista, especialmente al recién iniciado, se le ofrecen desafíos inquietantes, como la memorización de un número de arcanos no menor (22 mayores y 56 menores) y un vasto universo de mensajes contenidos en cada carta. ¿Es posible disponer de un método o herramienta que facilite las cosas? Un arte memorístico Para avanzar en la respuesta a esa inquietud tendremos que remontar hasta la Grecia antigua, en Tesalia, donde el poeta Simónides fue contratado por su amigo, el ricacho Escopas, para recitar versos en atención a los invitados a un banquete en su hogar. El dueño de casa –quizás animado por el vino- lanzó varias bromas al vate, la última de las cuales tendría un singular final. Se le hizo saber a Simónides que unos jóvenes le buscaban en la puerta, a lo cual aquél salió afuera de la casa. En la puerta no lo esperaba nadie.

El Viaje a través de las cartas del Tarot es básicamente un viaje a nuestra propia profundidad

Sallie Nichols


No había terminado el poeta su gesto de reingresar al banquete, cuando el techo de la construcción se derrumbó, aplastando y causando la muerte a Escopas y a todos sus invitados. Haciendo más impactante el suceso, los cadáveres estaban tan dañados que los deudos no acertaban a reconocer a los fallecidos. En tal circunstancia, recurrieron a Simónides, quien pudo identificar a los muertos al acordarse de los sitios donde cada uno se encontraba al momento de la tragedia.

Al tomar conciencia de su aporte, Simónides había dado origen a la formulación clásica del cultivo de la memoria, esto es, la vinculación de una posición dentro de una secuencia con la figura de la cosa allí alojada. Por tanto, las imágenes son formas de los elementos que deseamos recordar y que podemos colocar en un determinado espacio de nuestra mente. Con un mapa mental, al hacer el recorrido de esos lugares se puede recordar los símbolos o conceptos encubiertos en cada imagen.

Con posterioridad a nuestro poeta, durante toda la Antigüedad y la Edad Media, los pensadores que desarrollaron el arte de la memoria no hicieron sino ampliar sus modelos basándose en lo descubierto por Simónides.

Mapa mental

En el Tarot es posible la formación de mapas mentales. Tenemos la propuesta de Sallie Nichols, quien asimila el acercamiento o trabajo interno con el Tarot a un viaje virtual. “El viaje a través de las cartas del Tarot es básicamente un viaje a nuestra propia profundidad. Cualquier cosa que encontremos en este viaje es, en el fondo, un aspecto de nuestro más profundo yo. Dado que el origen de estas cartas data de un tiempo en el que lo misterioso y lo irracional eran más realidad que hoy, nos servirán de puente para llevarnos en busca de la sabiduría ancestral que todavía se halla en nuestro más profundo yo”, dice en su obra “Jung y el Tarot. Un viaje arquetípico”, de Editorial Kairós.

En atención a que el inconsciente aparece frente a la mente como algo caótico, se sugiere construir puntos de referencia, los que estarán dados por un entramado constituido por la disposición espacial seriada de las cartas, o sea, un mapa. En el mapa propuesto, los arcanos mayores del Tarot están dispuestos en tres filas horizontales de siete cartas cada una, lo cual a su vez determina siete columnas de 3 cartas cada una. La propuesta que se nos hace –muy dentro del espíritu juguetón de Hermes- es considerarnos como El Loco, el arcano sin número, juglar o aventurero que se arriesga en los derroteros de la vida, esta vez consciente del mapa o guía. A la primera fila horizontal (desde el 01 El Mago hasta el 07 El Carro) Jaime Hales la denomina ”Ruta de los grandes arquetipos”; a la segunda (desde el 08 La Justicia hasta el 14 La Templanza), “Ruta de las tareas del desarrollo personal” y, a la tercera (desde el 15 El Diablo hasta el 21 El Mundo), “Ruta de los grandes desafíos y la autorrealización”. Sugerimos remitirse al esquema adjunto.


La conclusión es que disponemos de una herramienta potente para memorizar los arcanos y apropiarnos de su conocimiento en un tiempo razonable.


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